jueves, 26 de mayo de 2016

Lujuria Lesbica




__ Ceinub me vuelves loca, no sé cómo pude soportar todo este tiempo. Tus senos son tan deliciosos. Podría mamarte toda la noche.__  decía mientras yo solo podía gemir aún más al oír sus palabras. Mis pezones estaban tan hinchados, que con solo soplarlo provocaba en mis espasmos de placer. Continúo descendiendo hasta llegar a mi vientre. Allí se detuvo brevemente para besarlo suavemente. Continuo bajando lamiendo mi depilado monte de venus. Separo mis piernas para tener completo acceso a mi empapada vagina. Mi clítoris vibraba de placer y deseo. Deseaba su lengua sobre él. Moría por ser devorado por aquella boca pintada de rojo carmesí. Suavemente continúo lamiendo mi orificio. Penetraba su lengua dentro de mí haciéndome retorcer de placer. Me sujeto por las caderas ya que no podía parar de moverme. Entonces subió a mi clítoris apretándolo entre sus labios lo chupaba con fuerza. Oh que rico sentía. Le apreté la cabeza contra mi deseaba hundirla en mi vagina. Ella chupaba y halaba mientras yo jadeaba como una perra. Movía su lengua de un lado a otro sobre mi clítoris.  Sentir su lengua tibia me descontrolaba. Metió sus dedos dentro de mí. Yo solo gemí. Comenzó a moverlos, como si quisiera encontrar algo perdido. Después de unos segundos de búsqueda, sentí como sus dedos acariciaban algo dentro de mí que nunca nadie había logrado encontrar. Era mi punto G, sus movimientos se intensificaron, masajeaba y chupaba a la vez mi rojo clítoris. Provocándome fuertes contracciones pélvicas. Empecé a gemir y gemir, no podía parar. Sentir su lengua y sus dedos moverse rítmicamente en mi húmedo e hinchado sexo, la imagen de mi clítoris dentro de su boca y sus labios apretándolos mientras me miraba fijamente me hacía revolcarme de placer. Entonces de tanto disfrute me corrí en su boca llenándola de tanta lubricación a lo que ella gustosa tragaba cada gota que salía de mi sexo.
__ Ahora es mi turno preciosa__  le susurre.  La agarre por la cintura apretándola contra mí.  Permanecimos así por unos segundos.  Mirándonos fijamente,  sentía como si ella deseara decirme con sus ojos todo lo que llevaba reprimido por tantos años.  Le sostuve su rostro entre mis manos y comencé a besarla suavemente.  El olor de su caro perfume me calentaba la sangre. Comencé a lamer su delicado cuello. Que mujer más exquisita era ella. Pase la lengua por sus oídos, deteniéndome a chupar sus orejas. Pronto comenzó a retorcerse.  Entre besos,  mordiscos y chupeteadas fui poco a poco encendiendo su pasión. Era momento de continuar llegue a sus pechos, a los que solo les faltaba pedir a gritos que me detuviese en ellos.  Así lo hice. Bese suavemente cada parte de sus ricas tetas.  Chupe y lamí hasta hacerla enrojecer.  Por fin llegue a sus pezones.  Oh me sentía en la gloria.  Tenerlos en mi boca y poder chuparlos y mordisquearlos era sublime.  Su sabor, su suave textura.  Sentir como se endurecían y agrandaban más y más, mientras ella gemía y jadeaba  de placer me torturaba.
En ese preciso momento algo se apodero de mí.  Baje rápidamente hasta su cálido sexo. El cual se abría para mi listo a recibir cada una de mis caricias.  Sin demora acerque mi boca a su rosado clítoris, que ya estaba tiritando por mí,  lo metí por completo en mi boca. ¡Ohh¡ me excite de sobremanera al hacerlo.  Saboreé su delicado sexo una y otra vez.  Marcela empezó a estremecerse de placer.  Tenía que apretarla con fuerza para no dejar salir nada de mi boca.  Su vagina me hipnotizo a tal punto de no escuchar   sus gritos y gemidos ensordecedores.


seguir leyendo

lunes, 2 de mayo de 2016

Como saber si tu hombre te utiliza


No conoces nada de su mundo

No conoces a sus padres
No conoces a sus Amigos
No sabes ni siquiera el nombre de su ex
Jamás te ha llevado a su apartamento o casa
No sabes a ciencia cierta donde queda su trabajo
Cuando sales con él, siempre evita saludar a personas que conoce, así no tendrá que presentarte.
No le interesa conocer a tu familia, aduciendo que no es tiempo.
No quiere saber de tus amigos o amigas. Según  él no le gusta ser observado ni mucho menos el escrutinio  de nadie.

Si lo invitas a fiestas  de amigos, reuniones familiares o cualquier cosa que involucre el conocer a tus seres queridos o cercanos, siempre tiene una excusa para no ir.

Aprende a conocer sus mentiras y falsas promesas.

seguir leyendo gratis en amazon